¡Hola! Soy Àlex Huguet la fundadora de Aglaya Huguet. 

Mi relación con la costura empezó a mis 13 años, desde entonces es mi hobby favorito. Comencé haciendo vestidos y otras manualidades con telas que encontraba o compraba (sin mucho conocimiento).

Hace unos años empecé a estudiar patronaje y fue entonces donde me di cuenta de la cantidad de material que se gastaba para diseñar y crear una prenda.

Me obsesioné con el tema.

Miré todos los documentales posibles y me replanteé muchas cosas sobre mi consumo, de ropa y en general. Sobre todo me centré en que la industria de la moda, a la que tanto admiraba, está muy dañada por malas prácticas tanto ambientales como sociales. 

Para aquel entonces yo ya estaba emprendiendo mi proyecto de moda sostenible. Aunque enseguida me di cuenta de que no quería crear más prendas, que debía hacer algo diferente. 

Me centré en el residuo textil. En ese momento vivía en Barcelona, y era frecuente para mí fijarme en que al lado de los contenedores muchas veces había ropa, la mayoría en un estado bastante aceptable. Así que empecé a llevármela y a guardarla, para ‘hacer algo con ello’ (aún no sabía el qué, pero estaba segura de que algo se me ocurriría y mi habitación de entonces era enorme). 

Entonces llegó la pandemia, y yo me encerré en un piso en Barcelona con muuucha ropa y muuucha tela. Y como todos, con ansiedad por la circunstancia y mucho tiempo libre. 

Fue entonces cuando decidí recuperar la práctica de la meditación, que había conocido años atrás en el programa de emprendimiento, que me dio la oportunidad de arrancar a emprender. Conocía la práctica, pero hasta ese entonces, no me había propuesto aplicarla en mi día a día.